El bar de mala muerte es, ante todo, un antro literal. Sus puertas sucias se abren exclusivamente ante aquellas desgraciadas que sufrieron, como indica el título, una muerte para no recordar.
Mi trayectoria como escritora ha sido una especie de peregrinación buscando el escenario y el público donde esa voz mía me resultara más auténtica, y creo que con Flecha por fin he encontrado mi sitio.
Hay un hueco en las obras de ficción que tratan la amistad femenina.
María Antonieta se acomoda el pañuelo de seda kinsha, muy apretado alrededor del cuello.
Me encuentro en ese máster con una clase de estudios de género en la que se nos propone leer libros escritos recientemente por mujeres.
Sin duda, una de las escritoras de relato corto más importantes de nuestro tiempo.
Hay gente que me pregunta si se trata de un proyecto feminista.
El bar de mala muerte es, ante todo, un antro literal. Sus puertas sucias se abren exclusivamente ante aquellas desgraciadas que sufrieron, como indica el título, una muerte para no recordar.
Mi trayectoria como escritora ha sido una especie de peregrinación buscando el escenario y el público donde esa voz mía me resultara más auténtica, y creo que con Flecha por fin he encontrado mi sitio.
Este verano dejé la casa de mis padres y me fui a vivir a la gran ciudad. El mismo día, al otro lado del Atlántico, nacía mi primera sobrina, Gina. Desde entonces, ella y mi independencia han ido creciendo de la mano.
Las mujeres feministas somos un nuevo nicho de mercado, y diariamente salen a la venta productos pensados exclusivamente para nosotras.